sábado, 6 de febrero de 2010

Una tarde cualquiera


Se detuvo la tarde
cuando florecía el sol
inmerso en el agua de un suspiro
y mil semillas de fuego blanco
impregnaron la piel
de mis miradas

Te sentí abierto
faro de larvas de besos
y te amé en silencio
y te amé gimiendo

Tarde inclinada sobre ti
adosada a la estancia del misterio

Jardín en blanco y negro
en el alfeizar
y en mi pelo

Amor a tiempo entero



© Moony





2 comentarios:

  1. Siempre es un inmenso placer
    sentarse a a ver pasar la tarde
    cuando lo que se disfruta y se lee
    está colmado de tanta belleza.


    Un abrazo

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  2. Precioso, Moony...precioso!

    Un beso

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